Gales es un país famoso por su música, sus leyendas, el rugby, pero principalmente por ser la tierra de los castillos, ya que cuenta con más de 600 a lo largo de su territorio, siendo el Castillo de Cardiff uno de los más importantes.
El Castillo de Cardiff (Castell Caerdydd en galés) es una de las principales atracciones patrimoniales de Gales y un sitio de importancia internacional. Rodeado de hermosos parques por un lado y una próspera y moderna metrópolis por el otro, el Castillo de Cardiff es el corazón histórico de la capital de Gales. En su interior podemos encontrar una historia de 2000 años en desarrollo, esperando a ser contada.
El castillo actualmente está lleno de lujos y esplendor victorianos. Pero también tiene una gran historia de crueles actos, horrendas ejecuciones, sangrientas rebeliones e incluso de ayudar a combatir contra los nazis. Desde la ocupación romana, pasando por la conquista normanda, la turbulencia de la guerra civil, una transformación victoriana e incluso los terrores de la Segunda Guerra Mundial, estos muros lo han visto todo. El Castillo de Cardiff no solo ha sobrevivido a los siglos, sino que ha evolucionado con ellos de una manera que pocos otros sitios pueden presumir.
Dos mil años de historia
La historia del castillo comienza en 1066, en la Batalla de Hastings, Guillermo, Duque de Normandía, partió de Francia y desafió al rey anglosajón Haroldo II por el trono de Inglaterra. Tras una batalla de un día entero, Haroldo fue asesinado. Según cuenta la leyenda, una flecha impactó en uno de sus ojos. En el día de Navidad de 1066, Guillermo, conocido como ‘El Conquistador’, fue coronado como Rey Guillermo I en la Abadía de Westminster.
El ejército normando de Guillermo buscó colonizar toda Inglaterra. Lo hicieron con castillos, construyéndolos por todo el territorio. Y una vez que terminaron con Inglaterra, Guillermo y los normandos giraron la vista hacia el oeste, en Gales. Pero los galeses no iban a someterse fácilmente. Los normandos tenían que hacer algo dramático para demostrar su poder. Así que, hicieron aquello por lo que eran más famosos, construyeron un castillo justo aquí, en Cardiff.
Cuando los normandos llegaron, hallaron los restos de un antiguo fuerte romano que se había construido casi unos mil años antes para proteger a los soldados romanos de las tribus nativas que vivían cerca. De hecho, aún se pueden ver secciones de la muralla romana demarcada con arenisca roja.
El Castillo de Cardiff se volvió la base desde la cual los normandos lucharon para controlar a los nativos de Gales y vigilar las tierras fronterizas de Inglaterra. Por siglos después, Cardiff sería testigo de salvajes revueltas, tiranía brutal y espeluznantes ejecuciones. Irónicamente, el primer hombre en caer en desgracia aquí fue el propio hijo de Guillermo el Conquistador.
El siguiente en la línea del trono debió ser su hijo mayor, Robert, pero Robert era débil y fácilmente influenciable. Además de que no tenía una buena relación con su padre. En la época en la que Guillermo murió, Robert había sido exiliado al exterior. Así qué fue su hermano menor, Guillermo, el que recibió el título de sucesor y fue coronado como Rey Guillermo II, pero ese no fue el final de esta gran pelea familiar.
En 1100, Guillermo II murió en un accidente de caza, cuando una flecha le dio en la espalda. Esto le dio una oportunidad al hermano más joven, Enrique, ya que Robert se encontraba luchando en una cruzada. Así que en su ausencia, Enrique se apoderó del trono y fue coronado como Enrique I. Podrán imaginarse que Robert no estaba muy contento con la situación. Haber perdido la corona frente a un hermano menor ya era malo, pero perderla frente al otro también fue algo que no iba a tolerar. Por lo que comenzó a reunir tropas, y a causarle a Enrique toda clase de problemas. Y al final, esa sería su ruina.
En 1106, el ejército de Robert se enfrentó al de Enrique en una gran batalla en Normandía. Robert perdió la batalla y fue capturado, y su hermano menor decidió sacarlo del medio para siempre. Eso no significó su muerte, pero la alternativa era aún bastante mala. Enrique encerró a Robert de por vida. Al comienzo fue encerrado en West Country, pero unos 20 años después, en 1126, fue llevado al Castillo de Cardiff. A esta altura, Robert tenía unos 70 años, pero aún viviría una década más de encarcelamiento.
En 1134, Robert ya de 80 años muere encarcelado aquí, en el Castillo de Cardiff, pero Robert no sería el último enemigo de un rey inglés en pasar sus últimos días dentro del castillo. Aunque pocos de ellos podrían morir en sus lechos debido a su edad, por el contrario, la mayoría sufrió finales dolorosos y violentos, cuando el castillo entró en una era de ejecuciones y rebeliones sangrientas.
El reinado del terror
A comienzos del siglo XVI el Castillo de Cardiff pasó a manos de una familia de nobles ingleses llamados Despenser. Bajo esta familia el castillo se volvió un temible símbolo de poder y autoridad inglesa, y Hugo Despenser el Joven, demostró ser uno de los hombres más despiadados, sanguinarios y odiados en toda la historia de Gales.
Despenser utilizó su influencia sobre el rey Eduardo II para construir una base de poder masivo en Gales del Sur, en la década de 1320. Tomó el título de Lord Glamorgan, lo que le dió control sobre Cardiff. Y a partir de ahí, mantuvo un reinado del terror, tiranía y corrupción que terminaría por sacudir al reino entero. Uno de sus actos más horribles tuvo que ver con un héroe local llamado Llywelyn Bren, quien fue juzgado en el castillo y condenado por Despenser a morir ahorcado, arrastrado y descuartizado en 1318.
Luego de que el rey Eduardo II fuese llevado a prisión en 1326, para más tarde ser destronado, a Despenser se le juzgó por traición y robo. Fue declarado culpable y sentenciado a una ejecución pública por ahorcamiento y a ser expuesto y descuartizado por traidor.
Con la muerte de Despenser, uno de los períodos más violentos en la historia del castillo llegó a su fin. En los siglos siguientes, sin embargo, las defensas del castillo serían puestas a prueba por los ataques más sangrientos de la historia británica.
La gran rebelión galesa
Al comienzo del siglo XV comenzó la gran rebelión galesa contra la corona inglesa. El héroe nacional galés Owain Glyndŵr clamó el título de Príncipe de Galés y lideró una violenta revuelta contra el rey Enrique IV.
Le tomaría años a Enrique IV reprimir la rebelión de Glyndŵr, pero cuando el orden fue reinstaurado los ingleses se vengaron con creces. Aprobaron una serie de leyes penales con las que les quitaron sus derechos a los galeses nativos. Ahora tenían prohibido portar armas, tener propiedades en pueblos ingleses, hablar su propio idioma y estar en un cargo público. Fue una forma de segregación racial, ya que si estabas dentro del castillo eras una persona con derechos, pero si estabas fuera no tenías casi ninguno.
Las crueles leyes que le siguieron a la derrota de la revuelta de Glyndŵr fueron duras y represivas, pero lograron refrenar a la población de Gales, y tuvieron un período de relativa paz después de ello.
La Guerra Civil
En el siglo XVII sin embargo, el Castillo de Cardiff se vio nuevamente en la línea de fuego cuando un nuevo conflicto sacudió a Gran Bretaña. En 1642, las hostilidades en aumento entre el rey Carlos I y sus enemigos en el Parlamento culminaron en una guerra civil que dividió a Gran Bretaña por la mitad. Los seguidores del rey, los monárquicos, se enfrentaron al ejército parlamentario apodado ‘Roundheads’, liderado por Oliver Cromwell. lo que estaba en riesgo era todo el sistema gubernamental británico.
Durante este largo conflicto el Castillo de Cardiff fue sitiado varias veces. Primero lo tuvieron los parlamentarios y después los monárquicos. Cuando la pelea con armas y cañones se expandió a las calles a su alrededor, el castillo quedó gravemente danado.
Tras los golpes que sufrió durante la Guerra Civil el Castillo de Cardiff tuvo suerte de seguir en pie. La torre en la colina quedó gravemente dañada y podría haberse hundido en las sombras del olvido y la ruina, de no ser por una boda que no solo cambió la suerte del castillo, sino que de todo Cardiff.
Los Marqueses de Bute
En 1766, una heredera llamada Charlotte Jane Windsor, hija de un miembro del parlamento aristócrata dueña del Castillo de Cardiff, se casó con un rico terrateniente escocés, el Lord Mount Estuardo, un hombre que pasó a conocerse mejor como el primer Marqués de Bute. Juntos se dedicaron a transformar el castillo que Charlotte heredó y lo convirtieron en una cómoda mansión georgiana. Contrataron al más famoso paisajista de la época, Lancelot Capability Brown, para rediseñar el castillo y sus jardines.
Los marqueses también transformaron el pueblo alrededor del castillo. La familia Bute hizo del Castillo de Cardiff y de la ciudad lo que es hoy. La población de Cardiff pasó de tener menos de 2.000 habitantes en 1801 a 150.000 solo 100 años después. Para 1880, Cardiff había dejado de ser un pueblo pequeño y se volvió uno de los puertos más ocupados, con muelles que veían más tráfico que los de New York.
Con la gran riqueza que acumularon las siguientes generaciones de Bute, obtenidas gracias al comercio con el carbón, transformaron el castillo en un hogar familiar palaciego. Pronto, el Castillo de Cardiff se volvería famoso por la riqueza extraordinaria y opulencia en sus interiores.
Desde el principio de su vida, el Castillo de Cardiff vigilaba a las tierras salvajes de Gales, para mantener a los rebeldes nativos bajo control. Bajo los Tudor, sus murallas se expandieron y fortalecieron. Después los Bute no solo embellecieron sus edificios, sino que desarrollaron el puerto, transformando a Cardiff, un pueblo al lado de una fortaleza, en una enorme ciudad moderna.
En 1865, John, el tercer Marqués de Bute, considerado uno de los hombres más ricos del mundo, decidió renovar la apariencia del Castillo de Cardiff. Le pidió al arquitecto William Burges que hiciera un informe sobre el estado del castillo, enfocándose en reformarlo a gran escala. William Burges transformó a una vieja fortaleza en uno de los palacios góticos más extraordinarios de Gran Bretaña.
Aun así, a pesar de los siglos de paz y prosperidad que venía disfrutando, el castillo sería llamado a la lucha una vez más. Sus fortificaciones, construidas originalmente en el siglo XI, serían puestas a prueba por invasores del siglo XX, los nazis.
Segunda Guerra Mundial
En el siglo XX, un nuevo enemigo centró su vista en Cardiff. En el año 1939, Gran Bretaña le declaró la guerra a la Alemania nazi. Un año después, ciudades de todo el país sufrieron devastadores bombardeos. 30.000 casas en Cardiff fueron bombardeadas y casi 400 civiles murieron a lo largo de la guerra, pues los nazis apuntaban a los muelles. El número de muertos podría haber sido aún mayor, pero para buena suerte de la gente de Cardiff, el castillo los rescató.
Las murallas del castillo se construyeron para soportar lo peor que la Edad Media pudiera hacerle. Cuando los bombardeos comenzaron a suceder en Cardiff, se dieron cuenta que también podrían soportar las bombas alemanas.
En el terraplén medieval se hicieron cuatro hoyos de entrada que llevaban a una serie de túneles bajo la tierra. Estaban tan cerca del centro que la gente podía venir cuando escuchaban las sirenas de las bombas. Este lugar aún puede explorarse, aunque yo no pude hacerlo. Lo intenté, de hecho pasé la entrada de los túneles pero una extraña sensación me invadió y no pude continuar, lo único que quería era salir de ahí.
Un regalo a la ciudad
Poco después de la guerra, el quinto Marqués de Bute heredó el castillo. Pero, como la fortuna de la familia había disminuido considerablemente, se encontró con problemas económicos. Así que con gran pesar, decidió vender la última propiedad de su familia en Cardiff y entregó el castillo y los parques a su alrededor como un regalo para la ciudad. Con esto, el quinto Marqués puso fin a la conexión de 181 años de la familia Bute con Cardiff, pero le dio a la ciudad un legado duradero.
Durante 25 años, el Castillo fue sede del Colegio Nacional de Música y Teatro. Y desde 1974 se ha convertido en una de las atracciones turísticas más populares de Gales.
Los Fantasmas del Castillo
Parecería extraño tener un castillo sin fantasmas, y el Castillo de Cardiff no decepciona a quienes buscan una experiencia paranormal. Muchas familias nobles vivieron aquí, como los de Clare, los Tudor y los Bute. Y la leyenda dice que muchos de sus ocupantes anteriores aún deambulan por las opulentas habitaciones y los terrenos del castillo.
Los informes sugieren que la mayor parte de la actividad tiene lugar en la esquina suroeste de los terrenos del castillo, conocida como ‘El Palacio’ o ‘Los Apartamentos del Castillo’. Según los residentes del lugar a las 3:45 am en punto cada mañana, las puertas del comedor principal se abren y cierran solas aunque estén cerradas con llave. La misma habitación también experimenta luces parpadeantes y muebles que se reorganizan.
Se dice también que en el Castillo vive el fantasma del segundo Marqués de Bute y que se le ha visto caminar a través de la chimenea en la biblioteca. También a Lady Sophia Rawdon-Hastings, su esposa, que parece flotar por los terrenos del castillo por la noche. Y justo en las afueras del castillo, se ha visto la aparición de un caballo fantasma y carruajes.
También se ha informado que la Torre del Reloj está encantada. En la parte superior de la torre se encuentra la ‘Sala de Fumadores de Verano’, un lugar donde el tercer Marqués de Bute, quien tenía una fascinación por lo paranormal, realizaba extraños experimentos en un intento por convocar a los muertos. No se sabe si los experimentos fueron exitosos o no. Pero a partir de las historias de los limpiadores y visitantes de esta habitación, podemos suponer que lo fueron.
𝐔𝐛𝐢𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧: El Castillo se encuentra justo en el centro de la ciudad de Cardiff y es bastante fácil de encontrar, a solo una corta distancia a pie de los principales centros de transporte y estacionamientos.
𝐇𝐨𝐫𝐚𝐫𝐢𝐨: De lunes a jueves 10:00 -16:00 (todo el año). De viernes a domingo 9:00 -18:00 (marzo-octubre) y 9:00 - 17:00 (noviembre a febrero).
𝐏𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨: £14.50 (adultos) £10.00 (niños) y los menores de 5 años entran gratis.
𝐄𝐧𝐭𝐫𝐚𝐝𝐚𝐬: ticketsource.co.uk/cardiff-castle