Cine: Drei Haselnüsse für Aschenbrödel

Hoy es el día perfecto para ver películas navideñas, y una de mis favoritas para ver cada año en esta fecha es Drei Haselnüsse für Aschenbrödel (Tři oříšky pro Popelku en checo), una película checo-alemana de 1973, la cual es mi versión favorita de la Cenicienta.

A diferencia de la versión de Perrault que todos conocemos que incluye un hada madrina y donde Cenicienta debe regresar antes de la medianoche, esta película está basada en la versión checa de la Cenicienta, que fue escrita por  Božena Němcová a mediados del siglo XIX, donde son tres avellanas mágicas las que le conceden tres deseos a Cenicienta.

Němcová es considerada una de las autoras claves del llamado “Renacimiento Checo”. Un movimiento que buscaba recuperar la cultura del país en medio de la creciente extensión de la lengua y cultura alemana. Ya que para esa época el idioma dominante en la región era el alemán y no el checo.

En esta historia Cenicienta es una joven ingeniosa e independiente que vive junto a su madrastra y hermanastra. Su mejor amigo es un búho a quien le confía todos sus secretos. Y aunque también es oprimida por su madrastra, Cenicienta nunca se deja intimidar por ella.

Un día mientras el rey y la reina visitan su pueblo, Cenicienta se encuentra con el príncipe y sus amigos en el bosque. Ella como en todo cuento de hadas, se enamora de él al verlo por primera vez. Y a pesar de que logra captar su atención en ese momento, no se deja tentar tan fácilmente por el interés del príncipe. Es así como comienza esta aventura llena de hermosos paisajes, vestidos, cacería, avellanas mágicas y dejar caer un zapato en las escaleras (que por cierto en esta ocasión no es de cristal).

Dirigida por el popular cineasta checo Václav Vorlíček, autor de numerosas comedias, cuentos de hadas y también series de televisión. Y protagonizada por Libuše Šafránková (a quien es imposible no amar). Drei Haselnüsse für Aschenbrödel es una película muy querida no solo acá en Alemania y República Checa, si no que también en Noruega, Suiza y Eslovaquia, donde es infaltable en estas fechas. Podría decirse que vendría siendo nuestro equivalente a Mi Pobre Angelito en gran parte de Europa.


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